Sueños.

Caminaba, seguía por aquel callejón que sabía me conduciría hacia algún lugar, esperaba que lo haga.

El sol era fuerte y llenaba mi cuerpo de calor. Entonces alguien apareció, confundida entre risas y sinsabores.

De pronto apareciste tú, con esa alegría que siempre mostrabas al verme. Con esas volteretas que te encantaba hacer. Con esos abrazos que sólo tú sabías dar. Aquellos en los que se detenía el mundo cuando nos mirábamos.

Caminábamos llenos de risas, de alegría, hablando de todas las cosas que nos gustaban, tal como lo hacíamos antes.

Cuando al llegar al final del callejón te fuiste, desapareciste tal como siempre lo haces. Para sólo aparecer en mis sueños y contarme que en realidad no existes.

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